Y cuando la vida del paciente depende de la tecnología ¿Cómo sabemos si la medición de los equipos está bien?

“Hay algunos pacientes a los que no podemos ayudar, pero no hay ninguno al que no podamos dañar” Arthur Bloomfield (1888-1962)

¿Cuál es el impacto de la metrología en el sector salud?, ¿qué implica para los usuarios de los equipos biomédicos?, ¿qué implica para los gerentes y directores de las Clínicas y Hospitales?

La metrología biomédica se hizo obligatoria en el sector salud, inicialmente, con el decreto número 4725 de 2005 y tomó relevancia a través de los sistemas de gestión de calidad en los procesos de certificación en salud con la norma ISO 9000 en el año 2006, se mantiene vigente en la certificación de los diferentes procesos ante el Instituto Nacional de Medicamentos y Alimentos, INVIMA y el sistema único de acreditación en salud.

Por lo anterior, surge la necesidad de calibrar los equipos biomédicos para todas las áreas del sector salud, un reto importante ya que los recursos técnicos son insuficientes, no es fácil encontrar equipos patrón que cumplan con las mínimas especificaciones, en algunos casos, la exactitud de los equipos médicos iguala la del equipo patrón y con esto, se pierde el objetivo de la evaluación ya que el proceso de calibración se convierte en una simple comparación, la norma exige una exactitud del equipo patrón idealmente 10 veces mayor que la del equipo a calibrar.

Actualmente, con la acreditación en la norma ISO/IEC-NTC 17025, los laboratorios de calibración ofrecemos mayor calidad en las mediciones y con ello mayor rigurosidad técnica, debido a que la normatividad obliga a disponer de equipos patrón que garanticen la competencia técnica para las calibraciones.

Conocer el impacto en el ejercicio real de atención de un paciente cuándo contamos con un equipo que no está calibrado de una forma adecuada, es importante; por ejemplo: durante la calibración de un tensiómetro en un consultorio médico, se identificó un tensiómetro en particular, con error de 20 mmHg por encima del valor indicado en todo el rango de medición; preguntando al personal asistencial sobre el funcionamiento del equipo, se encontró que los pacientes atendidos con este tensiómetro, se diagnosticaron con hipertensión. En fuentes de consulta, como la clasificación de la hipertensión arterial por la Sociedad Europea de Hipertensión y la Sociedad Europea de Cardiología (tabla No. 1), se observa el impacto de un error de esta magnitud para un paciente en óptimas condiciones de salud, quien será diagnosticado con Hipertensión Grado 1 para presión sistólica.

Tabla No. 1
Clasificación de la hipertensión arterial

Sociedad Europea de Hipertensión y Sociedad Europea de Cardiología
Nivel de Presión Arterial (mmHg)
Categoría Sistólica   Diastólica
Óptima < 120 y < 80
Normal 120-129 y/o 80-84
Normal Alta 130-139 y/o 85-89
Hipertensión Arterial
Hipertensión Grado 1 140–159 y/o 90–99
Hipertensión Grado 2 160–179 y/o 100–109
Hipertensión Grado 3 ≥180 y/o ≥110
Hipertensión sistólica aislada ≥140 y < 90

El caso anterior nos plantea la siguiente inquietud: ¿están bien calibrados los equipos médicos? Un mal procedimiento de calibración o la falta de este puede conducir a diagnósticos, procedimientos y tratamientos erróneos de los que posiblemente no seamos ajenos cuando estemos en la calidad de paciente.

Otro caso involucró un equipo crítico, se trataba del resultado de calibración en un desfibrilador. ¡Al momento de realizar las pruebas metrológicas, se encontró que entregaba el doble de la energía programada! Esto no se detectó por el personal asistencial o de mantenimiento a pesar de la prueba diaria que se le realizaba, el equipo presentaba un daño interno. Cuando se realizó la calibración, al programar 100 Joules, el equipo entregaba 200 Joules. En general, en toda la escala se encontró un aumento del doble de la energía programada, obviamente se generarían daños al paciente si se hubiese usado ese equipo.

La metrología impacta en los diagnósticos, tratamientos y la seguridad de los pacientes, el aseguramiento metrológico garantiza un mejor servicio y mínimos riesgos en el uso de equipos biomédicos. Le brinda al personal asistencial y los pacientes un mayor nivel de confianza en los resultados de sus procedimientos y la tranquilidad en el diagnóstico. Para los gerentes y directores de Clínicas y Hospitales, la metrología aporta a la prestación de servicios de calidad y la optimización de recursos al tener diagnósticos confiables.

El Instituto de Metrología Biomédica (IMB) de San Vicente Fundación, con más de 13 años de experiencia y trabajo comprometido con la metrología, cuenta con acreditación ante el Organismo Nacional de Acreditación ONAC, en varias magnitudes, incluyendo la calibración de equipos de oftalmología y optometría por métodos validados, únicos en el país.

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