A propósito de la migraña, en su día

¿A quién no le ha dolido la cabeza, por lo menos una vez en su vida? El dolor de cabeza, es uno de los motivos de consulta más comunes en urgencias y servicio ambulatorio. Angustia muchísimo a pacientes y familiares pues ambos tienden a relacionar la localización del dolor con enfermedades potencialmente mortales. El médico debe reconocer la causa, pero no es tarea fácil porque cada caso es distinto y se reconocen casi mil razones por las que puede doler la cabeza.

La mayoría de las veces a la molestia no se le reconoce desencadenante, de modo que “duele la cabeza porque sí", estos casos de cefalea frecuente e intensa con exámenes normales se conocen a menudo como “cefaleas primarias”, en realidad, son un grupo de enfermedades en las cuales la aparición recurrente del dolor de cabeza es precisamente el problema, entre las cefaleas primarias resalta una de la cual hablaremos hoy: la migraña.

La migraña es una enfermedad con historia pues se menciona a menudo en textos médicos de culturas antiguas. Afecta un elevado número de pacientes siendo la gran mayoría mujeres, el dolor de cabeza es muy fuerte (aunque empieza suave), se acompaña casi siempre de síntomas gastrointestinales como náuseas y vómito. Mientras tienen el dolor los pacientes no soportan ruidos fuertes o luces brillantes y prefieren quedarse quietos, normalmente cada episodio dura más de 4 horas; los pacientes pueden reconocer desencadenantes de sus crisis dolorosas y es común que un familiar de primer grado también padezca jaquecas. Siendo un dolor tan intenso, incapacita los pacientes con frecuencia por lo que resta calidad de vida y productividad.

Los gastos recurrentes en exámenes y tratamientos (la mayoría innecesarios), así como los días laborales perdidos, consecuencia de consultas frecuentes a urgencias, hacen de la migraña un problema digno de analizar. Su causa es todavía un misterio, se han logrado grandes progresos, como por ejemplo, reconocer el sitio de origen y diseminación de las señales dolorosas durante una crisis, pero seguimos sin entender por qué se originan. A pesar de ser una enfermedad frecuente, en la mayoría de los pacientes no ha sido diagnosticada o no recibe tratamiento correcto. La migraña sin tratamiento tiende a volverse diaria, consume la energía del paciente en una búsqueda incesante de atención médica a la vez que genera molestias en su vida personal y laboral.

Existen tratamientos para frenar los episodios agudos de dolor y también para reducir la frecuencia de las crisis, hasta lograr control duradero.

Algunos alimentos pueden producir crisis de dolor en ciertos pacientes, pero eso es una reacción particular y no se debe generalizar como recomendación global, es decir, no hay porqué prohibir alimentos por defecto en todo paciente, solo en casos de probada relación. Con ciertos ciclos o cambios hormonales (periodo menstrual, embarazo), la migraña puede verse modificada en sus características habituales, en caso de cefalea persistente, la migraña es una posible causa y justifica consulta médica, pues existen tratamientos efectivos que permiten llevar una vida feliz y productiva.

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